miércoles, 11 de noviembre de 2009

Reinos bajo el mar - Parte I


Un aventurado buzo que exploraba las aguas que bañaban la isla de Yonaguni (Japón) hace pocos años atrás, se sumergió en el profundo abismo marino en lo que parecía una rutinaria jornada de su pasatiempo, nadaba displicente tratando de alcanzar el fondo cuando por un casual arranque de curiosidad se adentró en un, nada peculiar, túnel sumido en la oscuridad, cuyo trayecto le hizo percibir en la piel y en sus pensamientos de que mientras más se internaba en aquel corredor se iba transportando a otra época, a otro tiempo.

Entonces salió al otro lado, y ante él se alzaron dos colosales lozas de piedra, en ángulos inusuales, que parecían dar la bienvenida a algo desconocido y sorprendente.

No pasó mucho para que el buzo nipón diera con las extrañas formaciones rocosas parecidas a pirámides y plataformas escalonadas que emergen desde el suelo marino. Pronto el secreto salió a la luz y se dijo que las ruinas sumergidas de Yonaguni eran algo más que simple piedras angularmente esculpidas por el océano.

Lo más fascinante entorno a este descubrimiento asombroso fue el debate que surgió sobre si era realmente una obra hecha por el hombre o si tan sólo era el producto de los lentos tallados naturales, producto de las corrientes marinas.

Ciertamente responder a esta pregunta era tan aventurado como hacer la afirmación de que la última vez que aquel monolito pudo haber estado sobre el nivel del mar fue durante el deshielo de los casquetes glaciares, o sea, entorno a la inaudita fecha de 10000 a 12000 años AC.

¡Curioso!.Según lo que nos enseñaron en el colegio y la universidad, y quizá como imaginaba el propio pescador que hizo el descubrimiento, la civilización no es tan antigua, por lo menos no se escapa hacia horizontes tan distantes en el tiempo, pues según el entendimiento general la historia comienza en el 4500 AC con los sumerios en Mesopotamia.

Pero si la fecha nos parece algo sorprendente basta con conversar con los nativos de las islas, cuya tradición oral ha sobrevivido al paso incesante de los siglos, de boca en boca de los ancianos a los jóvenes, como el legado brillante de lo que hoy solo queda el eco del mito y la incredulidad.

Los estudios en Yonaguni continúan y los que creen que fue obra de manos humanas no dejan de crecer.

Ruinas como las que se encuentran en las profundidades marítimas de Yonaguni podemos encontrar en todo el mundo y la tecnología, cada vez más avanzada, les ha permito a los científicos realizar descubrimientos como éste, más rápido y con mayor frecuencia.

Con acontecimientos como este se ha dado inicio a una Era de descubrimientos submarinos que sin duda reescribirán la historia de la civilización humana.

1 comentario:

  1. Muy buena investigación, es cierto aun todo esta en duda, pues si se demostrara que son restos hechos por la mano del hombre desequilibraría todo lo que se cree hasta ahora ! sigue así suerte

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